GTFS: Cómo un .ZIP de .TXT cambió el transporte público.
…y cómo lo simple funciona. Incluso en tu negocio.
No sé tú, pero yo hubo un tiempo en que, para saber a qué hora pasaba el autobús, tenía que abrir un PDF de 27 páginas en la web del ayuntamiento. O peor: un Excel que alguien – cual cuñado –había exportado con fórmulas rotas y columnas ocultas como si eso fuese parte del juego. Tenía que descifrar horarios como quien resuelve un sudoku sin café. Hasta que me encontré con cuatro letras que lo cambiaron todo: GTFS.
No fue en un curso, ni en un artículo brillante. Fue en una conversación absurda, entre colegas frikis, hablando de por qué Google sabía antes que nosotros cuándo pasaba el 13. “Ah, usan GTFS, claro”, me dijeron. Yo asentí como si lo supiera, pero por dentro estaba abriendo 17 pestañas para investigar qué miércoles era eso.
Y ahí empezó todo.
GTFS, para los que nunca vivimos en Portland allá por el 2005, es una forma de decirle al mundo: “Aquí están mis rutas, mis horarios, mis paradas. Léelo si quieres.” Pero lo importante no es el qué, sino el cómo.
No es una API compleja. No hay claves secretas ni sandbox con límite de uso. Solo un ZIP con varios ficheros .TXT. Como si alguien hubiese recogido el caos de un mercaíllo y lo hubiese convertido en un catálogo IKEA. Y funcionó. Tan bien, que hoy lo usan ciudades de más de medio mundo. Sin fanfarria, sin blockchain, sin artificios.
¿Por qué te cuento esto?
Porque hay algo muy poderoso en hacer lo simple útil. GTFS no cambió el mundo porque fuese sofisticado. Lo hizo porque era lo bastante simple como para que todos pudieran entenderlo. Y ahí está el aprendizaje.
Cuando automatizo tareas para clientes, veo el mismo patrón una y otra vez: el miedo a lo complejo, el amor al Excel, la resistencia a cambiar “porque siempre lo hemos hecho así”. Hasta que les enseñas una forma clara, modular y replicable de hacer lo mismo… aunque sin sufrimiento.
Y sí, a veces eso empieza con algo tan sencillo como convertir la forma en la que compartes datos. Como hizo Portland.
Lecciones escondidas en el ZIP
- Los datos quieren ser libres. Abre un dataset y verás cómo otros lo amplifican. Si no, pregúntale a Mr. Pieter Levels.
- Efecto red. Cada nueva ciudad aumenta el valor del todo (igual que en Make cuando aparece apps nuevas).
- MVP > perfección. El primer feed de Portland era muy modesto, pero funcionaba. Arranca motores ya.
- Puentes entre mundos. Como un país con muchas y muy diferentes lenguas locales. GTFS es como el esperanto, solo que funcionó.
👉 ¿Y si te ayudara a hacer lo mismo con tus procesos?
Si estás montando algo y ya te estás liando con Zapier, con n8n, con mil hojas de cálculo que no hablan entre sí… igual es el momento de dejar de apañar y empezar a diseñar.
Hablo con negocios digitales y realizo consultorías habitualmente para hacer justo eso: automatizaciones sin complicaciones. Si quieres que le echemos un vistazo a lo tuyo, aquí puedes reservar un hueco.
Volviendo a GTFS, no me aprendí el estándar de memoria, ni falta que hizo. Lo importante no era saber cada columna, sino entender la idea: poner orden, hacerlo accesible y permitir que otros construyan encima.
De la misma forma que tú puedes aplicar en tu próximo proyecto.
Te leo.
Algunas joyitas del ecosistema GTFS
- Especificación oficial – la biblia viva, ahora mantenida por MobilityData. https://gtfs.org/documentation/overview/
- GTFS‑Validator – para detectar horarios imposibles (30 de febrero incluidos). https://gtfs-validator.mobilitydata.org/
- Database feed – catálogo gratuito con miles de feeds y su historial. https://mobilitydatabase.org/feeds
- GTFS 2 HTML – Te dejo la versión interactiva para que le subas el gtfs que más te guste. https://gtfstohtml.com/
- GTFS 2 GEOJSON - de los mismo creados de la herramienta anterior, aunque esta versión convierte horarios en shapes listos para Mapbox o Google maps. https://geojson.gtfstohtml.com/
Guarda esta lista en tus favoritos; tu futuro yo te lo agradecerá.